A la hora de cocinarlos

A diferencia del resto de las legumbres, deben remojarse en agua templada (más caliente que tibia) a fin de evitar su endurecimiento. Si pueden, es bueno meterlos al agua en una red para evitar que se rompan y se despellejen. Si durante la cocción deben añadir más agua, siempre tienen que cuidar que esté caliente, ya que el agua fría detiene la cocción y los garbanzos se endurecen.

En cualquier caso, es necesario recordar que, antes de comenzar a preparar cualquier receta con garbanzos secos, hay que dejarlos en remojo - con agua tibia, sal y un poquito de bicarbonato - varias horas para después poner a calentar y cuando empiece a hervir, añadir los Garbanzos de Daganzo ® bien escurridos y pasados por agua caliente, para que no rompan el hervor. Si en la cocción utilizamos una olla rápida deben calcularse entre 20 a 30 minutos a partir de los primeros silbidos que dé el aparato, si la olla es a presión(la de la pesa de toda la vida) serán unos 40 minutos y si es a fuego lento 3 horas y media para conseguir una buena cocción, no obstante nuestros garbanzos pueden aguantar perfectamente más tiempo de cocción.

Cocinarlos es la forma más común de consumir los garbanzos en Occidente. Se los pueden añadir a sopas, guisos y combinarlos con los platos de arroz, entre miles de otras cosas.

Es importante guardar y almacenar bien los garbanzos, si queremos que nos duren bastante tiempo sin perder propiedades y sin ponerse malos.

Para los garbanzos secos: Aconsejamos ponerlos en un bote o tarro de plástico o cristal o con una tapa que cierre bien pero (si es de estos tarros herméticos con goma, mejor), así evitaremos que entre humedad y bichos indeseados como las polillas de la despensa, que suelen atacar cereales, legumbres y harinas secas. Claves, recipiente bien cerrado, en un lugar fresco, seco y alejado de la luz.

Para los garbanzos ya cocidos: puedes guardarlos en un envase con tapa que cierre bien en la nevera hasta 3 días, escurridos o con un poco del caldo de cocción, o escurrirlos muy bien y congelarlos en bolsas de congelación bien cerradas. Congelados te durarán meses y se pueden añadir directamente a los guisos sin necesidad de descongelarlos antes (eso sí, mantén la cocción hasta que estén descongelados y calientes).

Para la harina de garbanzos: lo mismo que para los garbanzos secos. Preferiblemente en un bote con cierre hermético para evitar que se enrancien las grasas que contiene de forma natural el garbanzo y se conserve la harina fresca, sin apelmazar.

Para platos preparados con garbanzos: como cualquier plato que hayas hecho y del que te haya sobrado, guárdalo en un envase cerrado en la nevera hasta 3 días o congélalo.