NUESTRA LABOR


Introducir cambios en un sector como la agricultura no es tarea fácil. Más aún, cuando lo que se busca es reactivar un cultivo que tiempo atrás se sembraba Daganzo para el auto abastecimiento del gentío y que poco a poco fue desapareciendo debido a la mayor rentabilidad del cereal en estos lares. Hace más de una década nos embarcamos en una nueva aventura para aprovechar en mayor medida nuestra explotación y, de un modo nostálgico –sin perder de vista el enfoque empresarial -recuperar un cultivo como el garbanzo, tan conocido en la comunidad madrileña tanto por su siembra como por sus platos tradicionales como el “Cocido Madrileño”

Hace mucho tiempo se sembraba en Daganzo y ahora, lo hemos potenciado porque llevamos más de doce años siendo los pioneros en este cultivo a gran escala, en este último año se han plantado más de 40 hectáreas de esta leguminosa para producir un total 30.000 kilos de la misma.

No obstante, estos cambios no son flor de un día y surgieron tras un riguroso estudio del terreno con la intención de dar un giro a nuestra empresa familiar. Como toda zona agrícola dedicada al cereal, se reserva una zona para barbecho –es decir, no se siembra en ella para que descanse la tierra-, espacio decidimos utilizar para la plantación del garbanzo debido a sus buenas cotas de producción.

Al contar con una explotación grande, tenemos la posibilidad de ir colocando el cultivo del garbanzo en diferentes espacios, dejar descansar la tierra y completar la rotación recomendada –cuatro años-.

Empezó como una prueba y, ahora, con el tiempo estamos más que satisfechos por la evolución, supuso una operación de riesgo que, finalmente nos ha convertido en unos pioneros en nuestra apuesta en Daganzo

 

DEL CAMPO A LA COCINA

La introducción del garbanzo en Daganzo, además, precisa de un proceso específico, diferente al del cereal para conseguir que el objetivo se cumpla. Así de diciembre a marzo es un periodo de tiempo fijado para la preparar el terreno donde se procurará el cultivo de esta leguminosa cuya siembra ya tiene lugar a partir de San José –de sobra conocido es que el santoral rige muchos de los pasos en la agricultura. A partir de este momento, es cuándo comienza todo el tratamiento y cuidado de la planta que se enfrenta a tres grandes problemas: la proliferación de malas hierbas, la fauna de la zona –las palomas y las avutardas para quien esta semilla es un alimento muy apetecible- y los hongos. En Garbanzos de Daganzo ®, dado que nuestra filosofía es la de producir el producto sin herbicidas, decidimos afrontar estas diversas problemáticas de forma diferente. Así, ante el problema de malas hierbas y debido a que el garbanzo es una planta poco competitiva con el resto que surgen a su alrededor, hemos diseñado un sistema con maquinara para reducir la densidad de estas que salen entre las filas del cultivo. En cuanto a la cuestión de los hongos –que impiden la alimentación del grano-, al cultivar una variedad bastante resistente, son pocas las veces a las que han hecho frente a esta situación que, cuando aparece, el único remedio es la aplicación de productos fungicidas.

Y como no, si hay un factor fundamental que contribuye al desarrollo de la planta es un clima favorable hasta llegar al verano que es cuando se plantea la recogida con cosechadoras.

Una vez recogido el garbanzo, se procede a la selección para obtener un producto limpio de impurezas. Además, se hace una prueba de cocción para conocer cuál será su resultado en la cocina y comprobar si se ha logrado obtener el garbanzo deseado. La cocción del garbanzo, dependiendo de la tierra y de donde lo siembres, es diferente. Una vez seleccionado y probado, se ofrece a través de venta directa al consumidor, garantizando un producto de calidad a un precio razonable.


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